Desde el inicio de la semana, los bancos argentinos han trabajado incansablemente para adaptar sus sistemas y permitir el reintegro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 21% en las compras realizadas con tarjetas de débito. Según fuentes oficiales, a partir de hoy, los consumidores que califican para esta medida podrán comenzar a ver el reembolso del IVA en sus cuentas bancarias.
Esta iniciativa está destinada a un vasto grupo de ciudadanos argentinos, que comprende a aproximadamente 21 millones de personas. Los beneficiarios incluyen a trabajadores en relación de dependencia, monotributistas con ingresos inferiores a $708.000, jubilados y pensionados que perciban hasta seis haberes mínimos, así como titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), Tarjeta Alimentar o Potenciar Trabajo.
A pesar de la implementación de esta medida, los comercios no han registrado un aumento significativo en las ventas con tarjetas de débito o billeteras virtuales. Esto podría deberse a que la medida entró en vigencia a mediados de mes, cuando la mayoría de los consumidores ya había gastado gran parte de sus ingresos.
En el sector minorista, se informa que las ventas se han mantenido en niveles similares a la semana anterior, sin mostrar un impacto significativo. Los analistas atribuyen esta situación a la falta de disponibilidad de fondos en las cuentas de los consumidores para aprovechar plenamente el beneficio del reintegro.
El Ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, introdujo esta medida como parte de un paquete de iniciativas destinadas a compensar el impacto económico negativo causado por la devaluación posterior a las elecciones primarias (PASO) y la consiguiente inflación. Según estimaciones de la consultora Analytica, el costo fiscal total de estas medidas rondaría los $2,5 billones, equivalente al 1,4% del Producto Interno Bruto (PBI), con aproximadamente el 75% de estos recursos destinados al consumo.
Sin embargo, algunos economistas expresan dudas sobre si estas medidas lograrán reactivar el consumo de manera efectiva. Se señala que la inflación, que ha aumentado significativamente en los últimos dos meses, podría contrarrestar los efectos positivos de estas políticas. Además, se plantea la incertidumbre sobre si los trabajadores de ingresos más altos, beneficiados por la eliminación del impuesto a las Ganancias, destinan esos fondos al ahorro en lugar de al gasto.
La economía argentina enfrenta desafíos considerables, y aunque estas medidas buscan aliviar algunos de los problemas económicos, aún persisten dudas sobre su efectividad a largo plazo. Los analistas continúan evaluando el impacto real de estas políticas en el país sudamericano.
