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Cuatro directivos de IDEA hablaron del rol empresario: «No todos estamos del lado de los malos»

Cuatro directivos de IDEA hablaron del rol empresario: «No todos estamos del lado de los malos»

La nueva generación de empresarios se comprometió a no hacer aportes de campaña en efectivo

Javier Goñi, el presidente de IDEA, fue enfático en el discurso inaugural del 54° Coloquio que se está realizando en Mar del Plata: «No todos los empresarios somos iguales, algunos arriesgamos nuestro capital, y´están los que cometieron delitos y deben cumplir sus condenas«.  Expresó su apoyo contundente a la justicia independiente y, además, recordó que en el mes de abril, es decir, antes de la aparición de los llamados «cuadernos de la corrupción», IDEA lanzó un código de ética porque «tenemos que ejercer esos valores a lo largo de toda la cadena productiva para que adopten estos principios, y no interactuar con los que usan el atajo».

Las contundentes definiciones de Goñi no agradaron en el mundo de los empresarios que están procesados en la causa que sigue el juez Claudio Bonadio, absolutamente ausentes en el Coloquio de este año en los pasillos, en los debates, incluso como patrocinantes de la reunión.

El mensaje central que IDEA quiso dar a la opinión pública en esta difícil coyuntura para la imagen del empresariado estuvo en el panel integrado por una nueva generación de empresarios argentinos, alejado de los oscuros pasillos del poder y cercano a las organizaciones civiles que promueven la transparencia y la ética pública, CIPPEC, Poder Ciudadano y la fundación Red de Acción Política (RAP).

La charla la dieron Carola Fratini Lagos, regional head of comercial de Zurich para América Latina, Sergio Kaufman, CEO de Accenture para Sudamérica Hispana, Roberto Murchison, presidente del Grupo Murchinson y Gastón Remy, CEO de Vista Oil & Gas. Los cuatro son directores de IDEA, rondan los 40 años, tienen una renovada perspectiva del equilibrio de géneros y promueven desplegar sus talentos para los negocios trabajando por una sociedad equitativa. Y en el panel «Nuestro rol» lo expresaron así:

Fratini Lagos dijo que «tengo un sentimiento de desilusión porque no hemos sido capaces de construir una Argentina sustentable, no pudimos generar desarrollo y la reciente historia de corrupción me avergüenza. Pero siente esperanza porque hay un montón de empresarios que estamos haciendo las cosas bien y tenemos un montón de ganas». «Tenemos que alinear nuestros valores, pensar qué escala de valores es la que usamos para tomar nuestras decisiones empresariales», sostuvo con energía.

Kaufman, por su lado, opinó que «quizás Centeno (el chofer que escribió los cuadernos) nos ayudó, pero es el primer capítulo de un libro largo. Tenemos que hablar de cómo gestionamos las empresas. Nos debemos varios capítulos». También pidió que se atendiera que «mucha gente nos está mirando y el modelo (que queremos) lo tenemos que construir todos los días, pensando que tenemos dos roles, generar riqueza y construir una sociedad mejor». Y reclamó «dejar de andar por la banquina, a algunos les puede mejorar el presente, pero perjudica el futuro de todos«.

Murchinson estuvo de acuerdo con ambos y se animó a especular en torno a la carga económica que la corrupción le dejará a las empresas involucradas. «Los cuadernos de Centeno me dan esperanza porque deja en claro que la corrupción ha dejado de tener un costo cero. Y creo que van a venir cambios culturales muy interesantes». Además, sostuvo que «la verdadera disputa que hay en la sociedad no es entre las izquierdas y las derechas, sino entre populismos e institucionalismos». Al respecto, lamentó que «si bien es poco probable que en el corto plazo tengamos en la Argentina de vuelta un gobierno populista, la probabilidad dejó de ser cero y eso me preocupa mucho«.

Remy, finalmente, reconoció que «imaginábamos una serie de hechos de este tipo, pero no vivimos con sorpresa e indignación el tamaño de alto tan sistemático, y de semejantes proporciones». Agregó que «siento frustración y enojo, porque los empresarios, políticos y sindicalistas no estamos entendiendo la gravedad de lo que está pasando». Aceptó que había sentido «mucha ansiedad por participar de este panel, en este momento tan especial que se está viviendo», y porque «hace mucho en IDEA estamos tratando de que se vean los empresarios diferentes, de salir de la tribuna y jugar el partido en la cancha».  Y, con emoción y compromiso, dijo «no todos estamos del lado de los malos».

Pero los cuatro jóvenes empresarios no quisieron quedarse solo en el debate y propusieron acciones concretas, retomando el anuncio del presidente de IDEA sobre ética y financiamiento electoral. A modo de conclusión, hablando en nombre de los cuatro, lo expresó Remy.

Se trata de insistir en que el Congreso apruebe una ley de financiamiento de la política para que no existan más aportes en efectivo, sino que estén bancarizados, para que pueda seguirse su trazabilidad. Pero, aún cuando se apruebe la ley, los directivos dijeron no harán aportes bancarios y, mientras tanto, trabajar para que cada compañía siga normas de compliance (las buenas prácticas de transparencia y ética para las empresas) que «nos permitan hacer más transparente nuestros vínculos con el Estado y los aportes queden claros, ya sea de parte de empresas o de ejecutivos empresarios».

Kaufman, finalmente, fue el que resumió con pocas palabras lo que este grupo de jóvenes empresarios que hoy conduce IDEA espera lograr como objetivo para la toda la sociedad:  «solo logrando un cambio en la forma en que se financia la política, se cambia la Argentina. Si logramos ese único cambio, ya cambia la Argentina«.

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