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De un asilo de ancianos a un imponente polo gastronómico: la sorprendente historia del Buenos Aires Design, un emblema que se despide de Recoleta

De un asilo de ancianos a un imponente polo gastronómico: la sorprendente historia del Buenos Aires Design, un emblema que se despide de Recoleta

El predio donde se erige el centro comercial diseñado por Clorindo Testa que cerrará sus puertas el próximo fin de semana pasó por distintas etapas

El cierre del Buenos Aires Design marca el final de una era
El cierre del Buenos Aires Design marca el final de una era

Hubo una chacra, un enorme parque, un monasterio, un asilo de ancianos, un polo gastronómico y un shopping que se despide por estas horas de la ciudad. El predio donde funciona el Buenos Aires Design pasó por varias etapas que acompañaron el pulso de los altibajos de la ciudad de Buenos Aires y su historia.

Vecino de la Plaza Alvear -popularmente conocida como Plaza Francia- el Cementerio de la Recoleta, el Centro Cultural Recoleta y la avenida Pueyrredón, el lugar tiene una trayectoria que se remonta a los tiempos de la colonia.

Así lucía el Asilo Viamonte
Así lucía el Asilo Viamonte

Hacia fines de 1580, grandes parcelas de la zona más codiciada del barrio de Recoleta eran parte de la llamada Quinta o Chacra de los Ombúes, que era propiedad de Rodrigo Ortiz de Zárate, uno de los primeros vecinos de Buenos Aires que recibió aquellas tierras de manos del propio fundador de la ciudad, Juan de Garay.

Con el correr de los años, la chacra fue pasando de manos hasta que a comienzos del siglo XVIII, un matrimonio donó un lote a los frailes Recoletos descalzos de la Congregación Franciscana. De esa congregación viene el nombre del barrio y fue justamente allí que los religiosos construyeron un monasterio y la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, inaugurados en 1732.

Una postal del predio, a fines del siglo XIX (Archivo General de la Nación)
Una postal del predio, a fines del siglo XIX (Archivo General de la Nación)

En 1822 el monasterio pasó a manos públicas y su derrotero fue de lo más diverso: rodeado de un parque, en el lugar funcionaron una suerte de hospital, una escuela de agricultura y un albergue para personas necesitadas, entre otras cosas.

Entre sus últimas finalidades, hasta terminar convertido en el centro comercial que es noticia hoy, en el lugar funcionó el asilo General Viamonte, que llegó a darle albergue hasta a 800 ancianos.

Una de las personas alojadas en el asilo, en 1925 (Archivo General de la Nación)
Una de las personas alojadas en el asilo, en 1925 (Archivo General de la Nación)

Durante la última dictadura, las autoridades de la ciudad comenzaron a evaluar la posibilidad de darle otro uso al edificio, sin dudas parte del patrimonio histórico de la ciudad. El intendente de facto Osvaldo Cacciatore impulsó un ambicioso plan para convertir al asilo en un centro cultural que unificaría a distintos museos porteños.

Las personas que todavía entonces seguían viviendo en el asilo fueron trasladadas y las obras, a cargo de célebres artistas plásticos con Clorindo Testa al frente, comenzaron a toda velocidad.

A mediados de los ’90 llegó el Hard rock Café
A mediados de los ’90 llegó el Hard rock Café

Aunque algo alejado del plan original, el Centro Cultural Recoleta abrió sus puertas en 1980, mientras que el centro comercial dedicado al diseño recién se inauguró en 1993, originalmente como parte de un emprendimiento llamado «Terrazas del Pilar».

Para entonces, el barrio estaba convertido en un polo gastronómico de relevancia en la ciudad y el shopping sirvió para potenciar la zona.

Dos años después se sumaría un espacio que estaba en sintonía con los años ’90: en 1995 abrió sus puertas la versión local de la franquicia internacional Hard Rock Café.

En la actualidad el lugar tiene una amplia propuesta gastronómica
En la actualidad el lugar tiene una amplia propuesta gastronómica

El lugar siguió en auge hasta que la crisis de 2001 azotó al país. Varios locales de decoración del Buenos Aires Design comenzaron a vaciarse y lo mismo ocurrió con los restaurantes de la enorme terraza de tres mil metros que sobresale con su vista a la plaza que rodea al predio.

Con los años el centro comercial propiedad de IRSA volvió a resurgir y nuevamente la gastronomía volvió a ganar terreno.

Hasta que en las últimas horas se conoció la noticia de su desalojo después de 25 años de esplendor y la incertidumbre sobre el futuro de uno de los lugares emblemáticos de Recoleta crece.

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