En una impresionante muestra de descontento, miles de ciudadanos argentinos se congregaron en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y frente al Congreso de la Nación en un masivo cacerolazo para expresar su rechazo a las medidas anunciadas por el presidente Javier Milei.
Las movilizaciones, que se llevaron a cabo en los barrios de Caballito, Almagro, Villa Crespo, Palermo, Recoleta y Constitución, fueron una respuesta inmediata al anuncio de Milei, quien comunicó una serie de cambios significativos a través de un megadecreto con más de 300 modificaciones a leyes y normas. Estas modificaciones incluyen derogaciones de leyes clave como la de alquileres, góndolas y abastecimiento, así como reformas laborales, del Banco Central, privatizaciones y ajustes en el sector de las prepagas.
La convocatoria espontánea de los ciudadanos se produjo minutos después de que concluyera la cadena nacional en la que Milei presentó las controvertidas medidas. En el Congreso de la Nación, los manifestantes expresaron su descontento colgando carteles con el mensaje «se vende», reflejando el rechazo hacia las decisiones gubernamentales.
La intensidad de la protesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada del jueves, marcando un día caótico en el centro de Buenos Aires, con otras marchas y piquetes movilizados por organizaciones sociales y el movimiento piquetero, como el Polo Obrero. El sonido de las cacerolas y la presencia de banderas argentinas dominaron la cálida noche de la capital, interrumpida solo por una leve llovizna.
La reacción ciudadana refleja la profunda preocupación y descontento ante las medidas abruptas anunciadas por el presidente Milei, generando un clima de incertidumbre y tensión en la sociedad argentina. Las imágenes del masivo cacerolazo capturan el sentir generalizado de los ciudadanos que buscan hacer oír su voz en medio de estos cambios radicales.
