El Banco Central se enfrenta a decisiones cruciales después de una inflación de dos dígitos en agosto. En un contexto económico marcado por la inflación y las decisiones gubernamentales, las tasas de interés de los plazos fijos se han convertido en un tema central de discusión en Argentina. Actualmente, el rendimiento mínimo garantizado para los plazos fijos es del 118% anual, lo que equivale al 9,7% mensual, generando un rendimiento efectivo anual del 208,2%. Sin embargo, con la inflación proyectada para agosto en cifras de dos dígitos, los ojos se posan en el Banco Central y su posible reacción ante esta situación.
En agosto, el gobierno aplicó una devaluación del 22% al tipo de cambio oficial, seguida de una serie de medidas de alivio para mitigar el impacto de este aumento en el precio del dólar. Estas medidas tuvieron un efecto inflacionario en los meses de agosto y septiembre, lo que plantea la incógnita de cómo el Banco Central ajustará la tasa de los plazos fijos.
Después de las elecciones Primarias Abiertas y Simultáneas Obligatorias (PASO), el dólar oficial se ha mantenido en $365,50. Como respuesta inmediata, el Banco Central elevó la tasa de interés de los plazos fijos tradicionales en 21 puntos porcentuales, ubicándola en un 118% (Tasa Nominal Anual, TNA), en consonancia con la devaluación.
La inyección significativa de pesos en la economía debido a los bonos para jubilados, trabajadores y programas sociales, así como el apoyo a diversos sectores, ha llevado a que los pronosticadores privados anticipen una inflación para agosto de alrededor del 11% o 12% mensual, casi el doble que la cifra de julio.
Ante este escenario, la pregunta que se plantea es cómo actuará el Banco Central en relación con las tasas de interés. Según Federico Zirulnik, economista jefe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, «si quiere mantener una tasa de interés real positiva, tendrá que aumentarla nuevamente».
El compromiso de mantener tasas de interés reales positivas es un requisito del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco del acuerdo de pago de la deuda del país con el organismo. Además, esta política es una herramienta para combatir la inflación y desalentar la dolarización de los ahorros.
Sin embargo, varios analistas, incluido Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos, creen que es poco probable que el Banco Central aumente las tasas, ya que esto podría agravar el déficit cuasi fiscal, que son los intereses que el Banco Central paga a los bancos por las letras de liquidez.
Zirulnik también señala que, más allá del pico inflacionario de agosto, es probable que la inflación disminuya en septiembre debido a las medidas implementadas para contenerla.
En este contexto, Sergio Chouza, director de Consultora Sarandí, considera que «lo más prudente es mantener la tasa estable en estos niveles, incluso frente a una alta inflación en agosto, en lugar de volver a aumentarla».
En resumen, la incertidumbre persiste en relación con las tasas de interés de los plazos fijos en Argentina. Si bien la inflación se encuentra en niveles elevados, factores como el compromiso con el FMI y la preocupación por el déficit fiscal pueden influir en la decisión del Banco Central. Los inversores y ahorradores seguirán atentos a las próximas medidas que tome la entidad financiera central del país.
Cuánto rinden 100.000 pesos a 30 días y en un año
Esto implica que un depósito de $100.000 a 30 días generaría $109.700 al final del plazo, incluyendo los intereses ganados. Si este monto se reinvierte en un nuevo plazo fijo de 30 días, se obtendrían $120.500 al final del segundo período, y así sucesivamente.
Si se mantiene la tasa de interés constante durante un año, una inversión inicial de $100.000 se convertiría en $208.200 en 12 meses. Para inversiones más grandes, como $1.000.000, el rendimiento alcanzaría los $2.082.000 en el mismo período. Las empresas que depositen más de $30 millones disfrutarán de una tasa mínima garantizada del 111%, equivalente a una tasa efectiva anual del 189%.
