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Trabajadores del Buenos Aires Design cortan la avenida Libertador por el cierre del centro comercial

Trabajadores del Buenos Aires Design cortan la avenida Libertador por el cierre del centro comercial

Más de un centenar de empleados realizaron un corte parcial a la altura del cruce con avenida Pueyrredón. La concesión del predio finaliza el próximo domingo y hay 700 puestos de trabajo en relación directa en riesgo

Más de un centenar de trabajadores del complejo Buenos Aires Design iniciaron un corte parcial de la avenida Libertador, a la altura del cruce con la avenida Pueyrredón, como protesta por el cierre del polo gastronómico-comercial previsto para el próximo domingo.

Con banderas, carteles, folletos y bombas de humo, los empleados iniciaron el reclamo a las 8 de la mañana, tras la confirmación del desalojo por cierre del emblemático paseo comercial, después de 26 años de existencia. Los manifestantes dejaron libres dos carriles de Avenida del Libertador. Sin embargo, el caos de tránsito en la zona fue inevitable.

«No sabemos qué es lo que pasó entre la empresa y el Gobierno de la Ciudad. Ahora se espera una decisión política del Gobierno de la Ciudad para que se le pueda dar continuidad a nuestro trabajo», afirmó Patricio, uno de los manifestantes.

Entre las banderas y los carteles, también se podían ver sofás y sillones de lujo, propiedad de algunos de los locales de muebles establecidos en el shopping.

La concesión del Buenos Aires Design, administrada por la empresa IRSA, no fue renovada, por lo que el sitio especializado en locales de diseño y de gastronomía cerrará sus puertas. Según los propios trabajadores, esta situación dejaría en la calle a unas 1.500 personas, que hasta el momento ejercían sus labores de manera directa e indirecta.

En principio, la medida afectará a unos 700 empleados que trabajan en los más de 60 locales ubicados en el predio. Entre los diferentes comercios se encuentra el primer Hard Rock Café de todo Sudamérica, que cuenta con 100 trabajadores.

Unos 700 trabajadores en relación directa perderían sus puestos de trabajo
Unos 700 trabajadores en relación directa perderían sus puestos de trabajo

La transición entre el fin de una concesión y el nuevo llamado a licitación generó incertidumbre en los inquilinos de los locales. Desde IRSA consideraban que contarían con un plazo, una vez vencido el contrato, que permitiría a los comercios seguir funcionando. Desde las firmas comerciales aseguran que la orden de abandonar el predio les llegó recién el viernes pasado.

El Gobierno de la Ciudad confirmó que a partir del domingo 18 de noviembre retomará su posesión y que está analizando distintas opciones para su futuro. «El hecho de que la vigencia de esta concesión finaliza este domingo era una cuestión ya sabida de antemano por todos los actores intervinientes, tanto al momento de firmar el presente contrato, el cual se inició en 1993 y que fue prorrogado en 2013, como en los siguientes contratos celebrados entre la concesionaria y otros sublocatarios», explicaron fuentes del gobierno porteño.

Los empleados del shopping, a través de un comunicado, habían solicitado que se otorgara a los actuales locatarios un permiso transitorio de uso, o una tenencia precaria, para luego proceder a la «inmediata devolución de los locales en cuanto así lo requieran los tiempos del nuevo proyecto». Sin embargo la comunicación del fin de la concesión inmediato tomó por sorpresa a todos.

El Buenos Aires Design fue inaugurado en 1992 por el Grupo Pérez Companc como el primer shopping de la ciudad destinado a la venta de muebles y productos de diseño y decoración, en la estratégica esquina de las avenidas Pueyrredón y Libertador, a metros de Plaza Francia y el cementerio de la Recoleta. El predio pasó a manos de IRSA cinco años después como parte de un paquete de activos que también incluía el shopping Alto Palermo, el Hotel Intercontinental y una torre de oficinas.

Las idas y vueltas en la historia del shopping son varias: cuando IRSA se hizo cargo de la administración, un porcentaje minoritario pertenecía al desaparecido Banco de Crédito Provincial (BCP) de la familia Trusso, que luego fue tomado por el Banco Provincia y finalmente por la empresa Hope Funds, donde participó el financista Enrique Blaksley, acusado de fraudes y estafas.

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